David y Sheila MacLennan, con colegas peruanos y ecuatorianos a bordo del RV Humboldt, al ancla en la Bahía de Huacho, Perú, Octubre de 1997
El día 9 de abril supimos la triste noticia sobre la partida de nuestro muy querido colega y amigo el Dr David MacLennan. Desde IHMA enviamos nuestras más sinceras condolencias a su esposa, Sheila, y su familia y amigos del MLA en Escocia, y deseamos para ellos que a pesar del dolor por esta pérdida encuentren pronto consuelo y resignación.
Algunos de sus más cercanos colegas han escrito sobre David lo siguiente (Paul Fernandes, Phil Copland and Eric Armstrong):
Con gran tristeza informamos del fallecimiento, a la edad de 80 años, de David MacLennan, uno de los grandes pioneros de la acústica pesquera. Su espíritu indomable era la característica de este gran hombre que trabajó durante más de 50 años en el ámbito de las ciencias pesqueras. David obtuvo un título de primer puesto con honores en física de la Universidad de Aberdeen en 1962, y trabajó inicialmente en el Instituto de Investigación Atómica de Harwell antes de llegar al Laboratorio Marino de Aberdeen (MLA) en 1967 para estudiar el rendimiento de las redes de pesca de arrastre. Cuando se le preguntó por qué el cambio nos dijo que «intentar hacer mediciones dentro de un reactor nuclear no puede ser más difícil que hacer observaciones en el Mar del Norte, a 100 metros de profundidad, en la oscuridad y con una fuerza de mar de grado 8».
David trabajó durante varios años en tecnologías de pesca con colegas como Tony Hawkins, Clem Wardle, Dick Ferro y Peter Stewart. En 1980 se convirtió en Jefe de la Sección Sonar del MLA, y comenzó su famosa relación de trabajo con su colega John Simmonds en técnicas y sistemas acústicos. Durante el resto de su carrera, forjó una reputación global en el campo de la acústica pesquera. El libro de la que es co-autor con J. Simmonds mantiene su autoridad y vigencia en este campo y ha sido citado más de 2,500 veces en sus dos ediciones (para nosotros Fisheries Acoustics es “la Biblia”). El artículo que escribió sobre definiciones acústicas fue, hasta hace poco, uno de los artículos más citados de la revista ICES. El libro fue precedido por cursos que impartió en muchos lugares, y el material todavía está en uso hasta el día de hoy como parte del curso de maestría en la Universidad de Aberdeen y en ICES. David disfrutaba del lado práctico del trabajo con equipos acústicos. A menudo la pasaba enredado entre gran cantidad de dispositivos electrónicos trabajando con colegas como Phil Copland y Eric Armstrong en la estación de campo de Loch Duich, que es un lugar donde se investigaron los fundamentos de las mediciones de reflectividad acústica y la acústica de banda ancha.
David se desempeñó durante varios años como subdirector del MLA antes de retirarse para dedicarse a consultorías en 1995. Su experiencia lo llevó a muchos proyectos en todo el mundo, incluyendo un período de dos años como Jefe Técnico a cargo de estudios acústicos en el Proyecto Lago Victoria. Fue un miembro popular de la comunidad acústica global que es el ICES WGFAST y asistió a la mayoría de las reuniones FAST desde la primera en 1984. En 2017 escribió un artículo esclarecedor y estimulante en la serie Food for Thought de ICES, reflexionando sobre su carrera y las ciencias pesqueras en general. David continuó trabajando y colaborando hasta el final.
David era un querido colega que siempre fue el alma de cualquier reunión, lo extrañaremos con honda pena. Deja a su esposa, Sheila, a dos hijos -Neil y Suzie- y cuatro nietos. Así que el clan MacLennan vive, en vida y en espíritu.
El aporte de David MacLennan a los institutos marinos de la Región VECEP
Todo empezó en 1990 con el Proyecto que la Comunidad Económica Europea tenía con los institutos marinos de Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú (Proyecto CEE-VECEP). Dos colegas peruanos viajaron a Aberdeen a capacitarse en acústica submarina en el MLA, y así se creó un vínculo personal de David con la región, la que visitó 5 o 6 veces entre 1996 y 1999.
En estos países VECEP, por razones diferentes, la acústica pesquera se hallaba en un nivel incipiente debido a la jubilación o renuncia de los más experimentados en el uso de estos métodos, o bien por severas carencias materiales (en Perú, por ejemplo, recién en 1997 el IMARPE puso comprar su primera ecosonda digital EK-500). En todos los casos los investigadores eran jóvenes y sin la experiencia necesaria para realizar estudios sin la supervisión de expertos. El Proyecto tuvo aliados como la FAO, que también contribuyó con asistencia técnica, en especial del Dr Ken Foote, que hizo un primer y certero diagnóstico sobre el estado y capacidades para el desarrollo de la acústica pesquera en Perú (1994-1995). De otro lado, la Red Acústica del Caribe (RAC), promovida por el Dr Francois Gerlotto y el IRD, promovía intercambios y reuniones entre los investigadores invitando cada año a científicos expertos.
Estos eran los antecedentes a la llegada de David a la región, donde aprendió a hablar Español. Con él se inició un programa de capacitación y entrenamiento que duró 3 años (1996-1999), y que consistió en cursos anuales cada vez más complejos a medida en que los colegas progresábamos en conocimientos y desarrollo de capacidades. Los cursos se llevaron a cabo en cada país, e incluía salidas al mar por períodos variables; en 1997 se llevó a cabo en Perú un completo experimento de medición de reflectividad acústica, todo bajo la guía y recomendaciones de David, que también contribuyó con la RAC dando conferencias y proporcionando informaciones útiles para los colegas. Incluso David fue profesor de un curso en el Programa de Maestría en Ciencias del Mar de la Universidad Villarreal en Lima.
La contribución enorme de David a nuestros institutos marinos no solo fue la capacitación y el entrenamiento, sino la asesoría técnica para implementar tecnologías digitales, tanto para la colección de data como para su análisis digital (mi generación se formó analizando ecogramas en papel, y naturalmente, al principio, sabíamos poco sobre informática). Otro de los aportes de David consistió en convencer a las autoridades de que los investigadores de los institutos tenían que relacionarse con la comunidad científica internacional, en especial la de ICES-FAST en el caso de la acústica. Y que debíamos publicar nuestros estudios y hallazgos. Cuando David viajó a hacerse cargo en 1999 del Proyecto del Lago Victoria (luego él confesaría que creía que se iba a pasar esos dos años “pescando en el lago”, pero fue una experiencia más bien difícil, con naufragio incluido), al menos en Perú nos preguntábamos qué iba a ser de nosotros sin David, y con el Proyecto VECEP ya terminado.
David se adaptó muy bien a la comida y costumbres en nuestros países, a pesar de las salsas picantes. Y navegar le venía muy bien, no tanto a Sheila, que en una oportunidad nos acompañó en un crucero que duró cerca de 3 semanas, pero ella lo superó todo con alegría y buen humor. Eran como nuestros padres escoceses.
Luego de David la suerte de la acústica pesquera en la región tuvo distintos destinos. Luego de unos años los institutos se mantuvieron bien. Luego, la crisis económica y el desinterés provocaron el colapso de los institutos de Venezuela y Colombia. La situación en Ecuador es preocupante. En la región VECEP creo que solo el Instituto del Mar del Perú (IMARPE) ha logrado superarse, gracias también al posterior soporte dado por el IRD. No obstante, en la región el interés de universidades, institutos privados y gremios y empresas pesqueras, está permitiendo popularizar el uso de los sistemas acústicos para la observación y estudio del ecosistema marino.
La última vez que nos reunimos en persona fue en su casa en Escocia el año 2005; luego de eso se fueron espaciando cada vez más nuestros intercambios por correo, pero el cariño, respeto y agradecimiento hacia él han de permanecer para siempre en el recuerdo de quienes tuvimos el honor de conocerlo.
Muchas gracias por todo lo que nos diste querido David, descansa en paz.
Mariano Gutiérrez
Instituto Humboldt, Lima