La Región Norte del Sistema de la Corriente de Humboldt

La Región Norte del Sistema de la Corriente de Humboldt (RNSCH) es una región importante de uno de los más productivos Grandes Ecosistemas Marinos, el de la Corriente de Humboldt (GEMCH), destacándose por mostrar las mayores capturas pesqueras (FAO 2012)

Mariano Gutiérrez Torero
Director Científico – IHMA

Introducción

La Región Norte del Sistema de la Corriente de Humboldt (RNSCH) es una región importante de uno de los más productivos Grandes Ecosistemas Marinos, el de la Corriente de Humboldt (GEMCH), destacándose por mostrar las mayores capturas pesqueras (FAO 2012), y el primero también en el volumen de capturas de una sola especie, la anchoveta (Engraulis ringens)(Chávez et al 2008). El Sistema de la Corriente de Humboldt se extiende a lo largo de las costas de Chile y Perú, correspondiéndole a este último la RNSCH. En conjunto, la dinámica de este Gran Ecosistema Marino (GEM) está básicamente influenciada por la circulación oceánica generada por el viento, presentando masas de aguas superficiales con temperaturas y salinidades relativamente bajas que –en general- fluyen de sur a norte hacia el Ecuador a lo largo del margen oriental del Océano Pacífico del Sur, partiendo aproximadamente de la latitud 40°S hasta los 4°S (Serra et al 2012). El GEMCH comprende un complejo mosaico de corrientes y contracorrientes relativamente frías pero que poseen una biodiversidad de importancia global. Los vientos relativamente estables que corren paralelos a la costa (alisios) en dirección al Ecuador provocan la surgencia de aguas frías ricas en nutrientes, lo que genera una alta productividad primaria (Tomczak and Godfrey, 2001). Solo la RNSCH representa alrededor de 10% de la captura mundial de peces (Chávez et al 2008, Bakun and Weeks 2008). Debido a su alta productividad pesquera la RNSCH es uno de los focos mundiales de atención gracias a su rol en la seguridad alimentaria mundial (Fréon et al 2013).No obstante, eventualmente se interrumpe el afloramiento que conduce la productividad del sistema debido al desarrollo de la fase cálida de la Oscilación Sur El Niño (ENSO)(Brochier et al 2011).Esto implica la propagación de un disturbio atmosférico que debilita la fuerza del Anticiclón del Pacífico Sur (APS), con efectos en cascada sobre los vientos alisios del Pacífico Oriental, lo que debilita o anula la surgencia con el consiguiente impacto en la disponibilidad de alimento para los peces y niveles tróficos superiores del ecosistema (Cubillos et al 2007). Cuando el evento es severo puede provocar el colapso de ciertas especies, con los consiguientes impactos socioeconómicos (Arntz and Fahrbach 1996).

Reseña histórica de las pesquerías

De las grandes culturas de la antigüedad únicamente la peruana floreció al lado del mar(Tord 2002). Los hallazgos en Bandurria, que es un emplazamiento arqueológico de 6,000 años de antigüedad ubicado al sur de Huacho donde se han hallado artes de pesca y entre otros implementos, confirman el desarrollo de una actividad de pesca de captura que ha sido ser por milenios un componente importante en la economía de nuestras poblaciones costeras(Chu 2008a) sobre las cuales se cimentó la civilización andina (Chu 2008b).

Para los antiguos peruanos el mar era una divinidad (Gutiérrez y Aguilar, 2006). El carácter místico que revestía para ellos el océano y las criaturas que lo habitan está reflejado en la abundante iconografía de las culturas pre-incas, pero especialmente en las de Moche y Chimú(Buse 1975a). Los Incas, que sojuzgaron a los Chincha y Chimú, tomaron lo mejor de estas culturas, arte naval y pesquero incluido, para perfeccionar su administración de los recursos naturales (Buse 1975b, Torero 2002): desarrollaron una gestión efectiva que asignaba derechos de uso exclusivo a las comunidades, y se castigaba con la muerte la matanza de aves marinas (Buse 1975c).

Durante la época colonial los españoles se empeñaron en reservar para sí, o bajo sus condiciones, el uso de la navegación y la explotación de los recursos pesqueros(Tord 2002),que a inicios del siglo XIX las Cortes de Cádiz debieron ceder a Inglaterra como capitulación geopolítica provocada por la invasión Napoleónica (Suarez 2002, Ocampo 2007). Incluso la exploración antártica, cuyos primeros esfuerzos fueron organizados desde el Virreinato del Perú, se perdieron luego con la independencia americana(obs.pers.).

En el mismo siglo XIX, ya fundada la República, la actividad pesquera se redujo a la extracción utilizando pequeños botes y a la pesca de orilla, y se abandonó el uso de la preservación del pescado y el uso de las vísceras como fertilizante(Buse 1975c). No obstante, al mismo tiempo las costas del Perú se convirtieron en la principal zona para la caza de cetáceos(Tord 2002). También el guano de las islas, cuyas propiedades fertilizantes los antiguos peruanos conocían muy bien, fue pasando de mano en mano sin beneficiar en la proporción debida a las comunidades locales(Basadre 1998).

Durante las últimas décadas del siglo XIX, la aparición de la navegación con propulsión a vapor, y luego a través de motores de combustión interna, significó el inicio de la pesca de captura de poblaciones de peces a escala industrial(Jackson 2001). El mundo entró en una fiebre por capturar recursos que parecían inagotables, aun cuando desde el principio se cuestionó la viabilidad de incrementar las capturas(Cury & Cayre 2001).

Luego de transcurrida la primera mitad del siglo XX el resultado esperado fue el colapso de algunas pesquerías (Watson et al 2005). El entonces escaso número de científicos pesqueros se preguntaba qué mecanismos subyacían detrás de los ciclos biológicos de las especies para determinar sostenibles tasas de captura (Pitcher 2001, Pitcher et al 2002). Así, los primeros modelos de dinámica poblacional describían de manera teórica y mono-específica la manera como una población fluctuaba en abundancia en el tiempo en base a ciertos parámetrospesqueros(Gulland 1983). Sin embargo, algunos de los parámetros necesarios -como los que tienen que ver con la edad y el crecimiento- eran difíciles de medir, y condujeron por tanto a recurrir a supuestos que, sumados a las carencias tecnológicas y metodológicas, más la fragilidad de la legislación y del manejo pesquero, no pudieron detener el colapso creciente de las pesquerías (Pauly 2007).Figura 1.

La razón subyacente que buscaban los primeros modeladores de los ecosistemas -y de la dinámica poblacional de las especies- para explicar la ineficiencia de los enfoques mono-específicos del manejo pesquero era el componente ambiental y su efecto sobre los ciclos biológicos(Cury t al 2000). Para buscar respuestas efectivas se sistematizó –a partir de la década de 1990la investigación oceanográfica y pesquera bajo un enfoque basado en la variabilidad climática(Cury et al 2003).En el caso del Perú, el papel clave del ambiente había sido ya descrita, entre otros, por Humboldt (Nuñez & Petersen 2002)y Middendorf(1894) en el siglo XIX, por Cocker(2009) y Schweigger(1964) durante la primera mitad del siglo XX, y por Zuta y Guillén (1970)y Arntz y Fahbach(1996) durante las décadas siguientes.